viernes, 17 de junio de 2011

Uñas

Spencer Holst

Cuando el cirujano de la policía de París operó a la mujer muerta, descubrió que su estómago estaba lleno de uñas.
La expresión simiesca en la cara de la muerta, su fea mueca, en la cual asomaba la gangrena, fue fotografiada en colores. La grotesta cabeza, horriblemente demoníaca, con el pelo teñido, había sido injertada, contra natura, en el cuerpo de una adolescente. Y la espantosa cirugía había tenido éxito, pues la cabeza de la vieja había vivido dos años en el cuerpo juvenil.
En tales operaciones, el equilibrio del cortolón inevitablemente se altera. (cortolón es una sustancia que controla el crecimiento de las uñas de las manos y pies.) O bien las uñas del paciente desaparecen por completo o, como en este caso, el crecimiento de las uñas con frecuencia es acelerado hasta varios centímetros por día.
Ella pudo haber sido inmortal, si no se hubiera comido las uñas.

El idioma de los gatos, Ediciones de la Flor, 1995.

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