"La novela moderna es una novela carcelaria. Narra el fin de la experiencia. Y cuando no hay experiencia el relato avanza hacia la perfección paranoica. El vacío se cubre con el tejido persecutorio de las conexiones perfectas, la estructura cerrada, le mot juste. Flaubert define ese camino, decía Steve. Un hombre encerrado días enteros en su celda de trabajo, aislado de la vida, que construye a altísima presión la forma pura de la novela. La luz laboriosa de su cuarto que permanecía encendida toda la noche servía de faro a los barcos que cruzaban el río. Esos marineros por supuesto, dijo Steve, eran mejores narradores que Flaubert. Construían el fluir manso del relato en el río de la experiencia." (Piglia Ricardo, Prisión Perpetua, Buenos Aires, Anagrama, Colección Los 40, 2009, p. 25. La negrita me pertenece).
¡Uia...!
¿Qué estás diciendo Piglia, qué estás diciendo?
Alejandro.
Alejandro.
Que para el que escucha, los sueños son menos interesantes que las anécdotas.
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