jueves, 10 de junio de 2010

La conjura de los imitadores

¿Cómo definir la crisis actual de la literatura? El régimen de los best-sellers es la rotación rápida. Muchos libreros tienden a convertirse en vendedores de discos que sólo se ocupan de productos incluidos en un repertorio suministrado por un top-club o un hit-parade. La rotación rápida constituye necesariamente un mercado de lo previsible: incluso lo "audaz", lo "escandaloso" y lo extraño se adaptan a las formas previstas por el mercado. Las condiciones de creación literaria, que sólo pueden desenvolverse en el elemento de lo inesperado, la rotación lenta y la difusión progresiva son muy frágiles. Nos arriesgamos a que los Beckett o Kafka del futuro, que no se parecerán ni a  Beckett ni a Kafka, no encuentren editor y pasen desapercibido(...) Se está desarrollando una monstruosa novela estándar, hecha de imitaciones de Balzac, de Stendhal, de Céline, de Beckett o de Duras. Pero es que Balzac es inimitable, Céline es inimitable: se trata de sintaxis nuevas, de "inesperados". Lo que se imita es ya una copia. Los imitadores se imitan entre ellos, y de ahí procede su enorme capacidad de propagación, así como la impresión de que son mejores que sus modelos, ya que conocen la técnica o la solución".
Gilles Deleuze
Conversaciones

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