Entrevista del Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx a Jorge Panesi
-¿Qué reflexión te merece el mecanismo de las internas abiertas y la exigencia de obtener 400 mil votos para presentar candidatos en las elecciones en octubre?
Jorge Panesi: La primera palabra que me surge (como me surge cada vez que pienso en el kirchnerismo) es “trampa”. Pero tiene su lógica de almacenero: se trata de acallar a los sectores políticos que llevan adelante una crítica sin concesiones, a los que más molestan, esto es, a la auténtica izquierda. Es el principal blanco de la ley de primarias abiertas y obligatorias. Y esto el gobierno lo hace con el aval y la complacencia de los que se reparten los dividendos del poder, los partidos llamados tradicionales, autores de los más grandes despojos económicos que hemos sufrido en estos decenios: el radicalismo y el mantel de retazos que el mismo kirchnerismo supo bordar dentro del partido justicialista. Son imágenes del mismo espejo: feudalismo provincial, lleno de enredos, corrupción y desdén por las masas populares. Con estos sectores políticos el kirchnerismo tiene, a pesar de las apariencias belicosas, una armonía preestablecida, que la izquierda con su sola presencia amenaza. Es más fácil transar con estos eventuales cómplices, como quedó establecido con la candidatura de Cobos, ido y vuelto del radicalismo, o con Fabiana Ríos, escapada de la Coalición Cívica, o establecer un pacto de silencio con Menem, provisorio escapado de la Justicia; la ley es parte de un proyecto político hegemónico a largo plazo. Tiene una fachada democrática que esconde un verdadero juego de exclusión.
-¿Por qué votar por el Frente de Izquierda el 14 de agosto?
Panesi: El Frente de Izquierda es la única garantía de que un discurso verdaderamente crítico y, por lo tanto, de defensa de los intereses populares tenga una representación que contrapese el discurso insípido de la llamada “oposición” y la farsa del kirchnerismo. Votar por el Frente es no olvidar que los aliados ya sean circunstanciales o íntimos del gobierno son los que han matado a Mariano Ferreyra. Son nuestros enemigos. No nos engañan las disputas entre la frívola mandataria hotelera y los engordados magnates de la CGT, forman parte del mismo barro, son intercambiables. Digo “farsa” porque desde la tergiversación estadística (o para decirlo más jurídicamente, “desde la adulteración de documentos públicos”), hasta la aniquilación de los propios amigos y la protección a las corporaciones, el kirchnerismo es una farsa ideológica que enchastra cuanto toca, sean los derechos humanos hasta el fútbol o la diversión. Sólo el Frente de Izquierda garantiza la implacable tenacidad de quienes no se dejan engañar por el soborno o las chafalonías de bazar que proponen el gobierno y los partidos burgueses.
-¿Qué opinión te merece el hecho de que Carta Abierta no se haya pronunciado respecto a los mecanismos de las internas de agosto que pueden impedir que el FIT se presente a elecciones presidenciales en octubre?
Panesi: ¿De qué extrañarse? El bureau fabricante de ideología –esa es toda la actividad crítica de quienes se aliaron sobre todo para defender sus puestos de funcionarios, o lo que es peor, para congraciarse sumisamente con el poder– no produce más que torpes gestos de apoyo inconcebibles para quienes han cacareado su postura “crítica”. La carta “abierta”, que me gusta llamar “carta lacrada” (recuerda más la lacra que el lacre) se encierra en su incondicional sumisión al gobierno, y no podría por definición, más que avalar su política electoral. Y, como se vio, poco importa si esta política es o no una rabiosa inconsistencia que puede ser contraproducente para el propio sector dominante. Ser críticos de esta maniobra sería claramente pasar por desobedientes del amo, y en la lógica del grupo gobernante la crítica sería claramente pasarse al otro bando, la traición. ¿Alguien contó el tendal de “traidores” que ha dejado el doble gobierno kirchnerista? La carta lacrada o el Té en la Biblioteca están condenados a ser un pensamiento esclavo que depende de las coyunturas que le interesan al gobierno. La “carta” no es “abierta”, es una carta encadenada a la mala fe. Y a la tristeza de sus pobres argumentos en los que es difícil reconocerse. Porque toda crítica intelectual es siempre y en última instancia, destituyente. Como dijo Viñas: no se puede ser intelectual y apoyar el pensamiento oficial.
-¿Qué tiene planteado el espacio que se conformó de intelectuales, docentes y artistas en apoyo al FIT de cara a la elección de agosto?
Panesi: No sé si hay tiempo ya, pero habría que insistir en las contradicciones de esta ley, que fue ideada por Kirchner en otro momento de la coyuntura política. En la confusión sólo puede haber réditos para el gobierno. Habría que denunciar con todos los medios posibles la maniobra segregadora de la que la principal perjudicada es la izquierda. Hay que decirlo en la campaña, y más allá de ella, en nuestros lugares de acción o de trabajo. Es la principal estrategia que nos imponen las circunstancias
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